Por Kathy Camarano de Guardia
Las estrategias nacionales de educación financiera (ENEF) han proliferado en los últimos 10 años. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), existen 80 estrategias nacionales de educación financiera en el mundo. Un número cada vez mayor de países han establecido compromisos con objetivos y estrategias de inclusión y educación financieras como parte de sus acciones enfocadas en la reducción de la pobreza y en promover la estabilidad y el desarrollo de sus sistemas financieros.
En otras palabras, los gobiernos han reconocido la importancia de establecer estrategias de educación financiera en sus respectivos países. En Latinoamérica, existen 14 países que han implementado exitosamente sus ENEF. Se destacan los casos de Brasil y Perú que han avanzado de manera decidida al respecto.
En el caso de Panamá, la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP), con la colaboración de varias instituciones públicas y privadas, y el apoyo experto de la Sparkassenstiftung Alemana Caribe y Latinoamérica, actualmente se encuentra liderizando la iniciativa de la ENEF, con la visión de lograr que la población panameña gestione sus recursos económicos de manera responsable, a fin de mejorar su calidad de vida y su entorno, y que, al mismo tiempo, estas personas educadas financieramente, actúen como agentes multiplicadores y ayuden a generar el desarrollo social y económico del país.
Desarrollar esta iniciativa ha tomado tiempo, esfuerzo y dedicación de muchas personas y entidades comprometidas con el progreso del país, las cuales entienden que la educación, y más específicamente la educación financiera, es fundamental para transformar el círculo de la pobreza. Señala correctamente la OCDE que los hogares que poseen un menor grado de conocimientos financieros, son aquellos con tendencia a mayores niveles de endeudamiento. ¿Y qué decir de la importancia de estar preparados adecuadamente para imprevistos, como la pandemia del COVID-19? Justamente por estas razones es fundamental para la población incrementar su conocimiento financiero y, por ello, ¡este es un proyecto de todos!
En Panamá, de acuerdo con datos del Global Findex 2017, última versión publicada por el Banco Mundial, el 45.8% de las personas adultas tiene una cuenta bancaria en una institución financiera, lo que nos constata que el país tiene margen para mejoras en este rubro. La experiencia indica que la falta de conocimientos financieros es uno de los principales obstáculos para la inclusión financiera y para la correcta gestión de los recursos personales o familiares.
La Superintendencia de Bancos de Panamá liderizó y lanzó, en noviembre de 2019, el portal de Educación Financiera www.tubalboaconsentido.gob.pa que busca elevar la cultura financiera de la población. Como principal herramienta, tiene a disposición un curso virtual gratuito con contenidos informativos y prácticos sobre el ahorro, presupuesto y crédito, desarrollados de manera intuitiva y dinámica. Además, ofrece diferentes secciones, tales como, una miniserie didáctica sobre el consumidor financiero responsable, información sobre los derechos de los consumidores financieros, una zona infantil y, recientemente, una sección de blog y de podcast, entre otros.
Como parte de la estrategia para llegar a toda la población, se ha lanzado tubalboaconsentido en las redes sociales Instagram y Facebook. Para la población vulnerable, que no tiene acceso a internet, se ha capacitado a facilitadores que brindan cursos in situ. Así mismo, se ha educado a facilitadores en un simulador empresarial para los pequeños y medianos empresarios y se trabaja con el Meduca para llegar de manera más efectiva a toda la comunidad educativa.
El acceso a productos y servicios financieros no basta por sí solo, si no se garantiza su uso eficiente y de calidad. El desarrollo de capacidades financieras y el desempeño favorable de las personas como consumidoras financieras genera inclusión, bienestar y crecimiento personal. Mejorar los conocimientos sobre finanzas personales de la población contribuirá a mantener la estabilidad económica del país, a hacer frente a los compromisos y las necesidades personales, a cumplir metas financieras a corto, mediano y largo plazo, tales como emprender un negocio, pagar la educación superior, comprar una vivienda, afrontar un imprevisto de salud y preparase para la vejez. Ello también beneficiará a la empresa privada, con trabajadores con mejor calidad de vida, evitando sobre endeudarse y siendo más productivos en su entorno laboral.
Exhortamos a todas las empresas en Panamá a considerar esta iniciativa, como parte de sus programas de responsabilidad social empresarial, y así contribuir a un mayor desarrollo financiero y económico del país y reducir la desigualdad en la población.